A pesar de los miedos y una historia negra que tuvo que soportar durante decenas de años el pueblo paraguayo ha demostrado que tiene memoria y esperanza, que quiere cambiar y que puede hacerlo.
El triunfo de la Alianza Patriótica para el Cambio, de la mano del obispo Lugo es la clara demostración de las ansias de cambio de los pueblos de éste continente. Su triunfo se inscribe en el contexto de los triunfos que en varios países se abren paso por la dignidad, la justicia, y la liberación.
Van quedando atrás viejos modelos, viejas prácticas, proyectos agotados, las derechas rugen en sus madrigueras porque lo que se impone son los cambios, lo nuevo.
La movilización del pueblo paraguayo garantizará la victoria alcanzada y será el reaseguro para frenar a los sectores golpistas, aliados al gran capital y la oligarquía que no se quedarán con los brazos cruzados.
Debemos mirar al Paraguay , a sus sufridos hijos, y crear los mecanismos de defensa del proceso iniciado para encolumnarse con los pueblos y gobiernos de la región que han decidido poner fin a la dominación y transitar el camino de la independencia verdadera.
La victoria del pueblo guaraní es nuestra propia victoria, nuestro pueblo y gobierno deben solidarizarse y prestar la ayuda necesaria para defender éste triunfo que se suma a la lista de los que van naciendo en Nuestra América
Abril 2008 CASA LATINOAMERICANA EN EL ALBA Rosario
domingo, 20 de abril de 2008
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